Este hotel se encuentra en la ciudad imperial de Cusco, antigua capital del imperio Inca. El edificio es un antiguo monasterio de los Agustinos que se construyó en 1559 y que fue rescatado en 2009 para ser transformado en hotel. La construcción de este hotel se enfrentó a muchos problemas debido a que el monasterio estaba emplazado sobre ruinas pre-incas y la inversión resultó ser mucho mayor de lo esperado. Por eso cuando abrió sus puertas el 2012 este hotel presentaba una arquitectura espectacular pero se quedó corto en las terminaciones interiores. RMA fue contratado para actualizar el hotel con los nuevos estándares de la marca JW Marriott, y darle esa última capa de lujo tanto en las habitaciones como en los espacios públicos que este increíble hotel se merecía.

Para el desarrollo de este hotel el concepto de diseño nació del peso histórico de la cultura Inca y colonial. Buscamos utilizar materiales nobles y destacar lo mejor de la artesanía local. Nos inspiraron las formas geométricas de las ruinas y muros incas. Mezclamos esta inspiración con varios guiños al estilo Español colonial para darle mayor complejidad al interior. Desarrollamos un diseño vertical, basado en materiales nobles y autóctonos del país que destacaran lo mejor de la arquitectura del edificio.

Se remodeló todo el espacio público, desde la recepción, el lounge, el bar, el patio central y el restaurante.

Esto incluyó la remodelación completa del restaurante principal Qespi, con una ampliación de cristal hacia el patio central y también un cambio importante en el Qespi el bar, donde logramos generar un espacio vertical con un interesante trabajo de capas y terminaciones de lujo.

En las habitaciones, se buscó potenciar al máximo las terminaciones. Se diseñó un respaldo de cuero con clavos de bronce inspirados en la geometría del sol. Se propusieron revestimientos de piedra alrededor del televisor, papel mural y una mejora en iluminación decorativa y muebles, generando una última capa de lujo a las habitaciones.